A un joven, mientras daba clase de Karate, y con las llaves del coche en el bolsillo del pantalón (mala idea), le hacen una llave lanzandolo contra el suelo y con la mala suerte que las llaves se le caen del bosillo y acaban atravesándole el pie.
El protagonista nos cuenta que llevaba las llaves en el bolsillo porque estaba a punto de irse a casa, y que en urgencias le hicieron una radiografía para descartar que la llave no había fracturado ningún hueso para poder extraerla.